Mariano Fortuny y Marsal
Mariano Fortuny y Marsal (1838-74). No se conocen las motivaciones que llevaron a Fortuny, que tenía un grandioso reconocimiento internacional como pintor, a utilizar la técnica del grabado. Probablemente fue en sus viajes al extranjero, especialmente a París y Roma, en los que inició su gusto por el grabado en metal. Muchas de sus planchas se sitúan entre 1862 (La familia marroquí) y 1869 (La victoria). Entre estas fechas contactó con el marchante Goupil, quien se encargó de llevar sus estampas al mercado internacional. Théophile Gautier en 1870 decía de él: "Como grabador iguala a Goya y se aproxima a Rembrandt”. Y es que cultivó el aguafuerte con una calidad extraordinaria y liberó al grabado de su función de servir a la reproducción de cuadros.
Como grabador, centró su producción en su época de madurez creativa a partir de 1860, y es que, al contrario que los encargos en pintura, los grabados le permitían experimentar con total libertad. La temática en su obra es variada, además de su predilección por las escenas árabes, hay que destacar el retrato y su gusto por los temas costumbristas, dos ejemplos de los cuales podemos disfrutar en la exposición.