Presentación
Este año 2023 la Biblioteca de Castilla-La Mancha celebra un doble aniversario como biblioteca pública de Toledo. Hace 250 años la Biblioteca Arzobispal abrió sus puertas gracias a la iniciativa del entonces arzobispo de la sede toledana, Francisco Antonio de Lorenzana, y según mandato de Carlos III, ofreciendo servicios de biblioteca pública a la ciudad. Los libros de esta importante Biblioteca fueron el punto de inicio de la Colección Borbón-Lorenzana, hilo conductor de los servicios bibliotecarios que a lo largo de estos siglos ha tenido la ciudad de Toledo y que, actualmente, ofrece la Biblioteca de Castilla-La Mancha, que también celebra el 25º Aniversario de su inauguración en el Alcázar toledano.
Para celebrar fechas tan señaladas se ha organizado esta exposición con la que pretendemos recrear la Biblioteca Arzobispal durante los primeros años de su creación en 1773. Nuestro objetivo es establecer una foto fija de los libros que llenaban los estantes en esos años -que aparecen perfectamente descritos en un Índice de la Biblioteca-, además de detallar los servicios que se ofrecían y el espacio que ocupaba la Biblioteca en su sede del Palacio Arzobispal. Queremos que el público visitante pueda hacerse una idea de cómo sería esa primera biblioteca pública creada en Toledo gracias al cardenal Lorenzana, de quien el año pasado se cumplió el 300º Aniversario de su nacimiento.
A través de esta muestra podemos imaginar cómo fue el proceso de creación de la Biblioteca, quién elaboró su mobiliario, quiénes eran los bibliotecarios que la organizaron, qué servicios se prestaban en ella, cuáles eran las materias de los libros que contenía y qué instrumentos de consulta se utilizaban. Hemos transformado los anaqueles originales en vitrinas, teniendo la posibilidad de contemplar el mobiliario original en las instalaciones de la actual Biblioteca de Castilla-La Mancha. Todo ello de la manera más didáctica y visual posible que invita a la ciudadanía a disfrutar de un salto en el tiempo para conocer nuestro pasado lector.
Los libros seleccionados, todos ellos conservados en la Biblioteca Regional, son un ejemplo de los saberes que interesaban en España durante el siglo ilustrado, siguiendo la ordenación que presumiblemente tenían en la propia Biblioteca Arzobispal durante esas primeras décadas de su creación. Para acercar la selección al público actual hemos tenido en cuenta dos criterios: por un lado, mostramos libros de autores conocidos en nuestro tiempo y, por otro, enseñamos obras atractivas por su contenido y sus ilustraciones. Era frecuente en esta época la integración de las bibliotecas en un contexto de objetos de arte, antigüedades, mobiliario y riquezas diversas. Por ello, la Biblioteca incluía un Gabinete de Historia Natural y Antigüedades, creado por el arzobispo con piezas procedentes de México y por restos arqueológicos de la Veja Baja toledana, además de una colección de monedas antiguas romanas y visigodas. Parte de estos fondos se conservan actualmente dentro de las colecciones históricas del IES El Greco de Toledo, que ha prestado para esta muestra algunas piezas destacadas.
Para completar la decoración de los muros de la Biblioteca se mandó pintar una Galería de retratos que representaban a personajes ilustres de la Iglesia, la cultura y las artes relacionados con Toledo. Una gran parte de ellos fueron encargados a Dionisio de Santiago Palomares, y, tras su fallecimiento, fue continuada por el pintor Pedro Morales. La Galería de retratos está formada, a día de hoy, por 82 cuadros conservados en la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
Los servicios de biblioteca pública fueron evolucionando y se extendieron durante el siglo XX a la provincia de Toledo gracias a la creación del Centro Coordinador de Bibliotecas en el año 1956, que mejoró las bibliotecas municipales de la provincia, y a la inauguración en 1966 de la Casa de la Cultura en el Paseo del Miradero, donde se trasladó la Biblioteca Pública de Toledo, con Julia Méndez Aparicio al frente de ambos centros. La puesta en marcha de dos bibliobuses en 1973 extendió el servicio bibliotecario a los municipios toledanos que no contaban con una biblioteca pública, lo que permitió por primera vez en España que toda la población de una provincia tuviera acceso cercano y gratuito al libro y la lectura. En la actualidad el servicio de biblioteca móvil cumple 50 años y se incluye dentro de la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha.