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Las mujeres y los oficios del libro
Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, la Biblioteca de Castilla-La Mancha quiere rendir un homenaje a mujeres que a lo largo de los siglos han participado en los oficios del libro. Mujeres escritoras, ilustradoras, impresoras, traductoras, pedagogas, periodistas y, por supuesto, lectoras viven en los ejemplares que forman parte de la Colección Borbón-Lorenzana, esperando ser descubiertas por las generaciones actuales y futuras. Si bien algunas de ellas tuvieron cierto reconocimiento en su época, la mayoría de ellas permanecen en un olvido del que queremos rescatarlas.
Estos libros contienen la obra de mujeres que han realizado tareas y oficios tradicionalmente ocupados por hombres. Tal vez el oficio de escritora, en todos sus géneros, sea el más reconocido, desde Safo hasta Rosalía de Castro en la poesía, en la cautivadora obra de Santa Teresa de Jesús, en la narrativa escrita bajo seudónimo de Cecilia Böhl de Faber, o en la literatura de viajes de Marie-Catherine D’Aulnoy en el siglo XVII. Pero hay otros oficios igual de interesantes y que han pasado más inadvertidos, como es el caso de grandes ilustradoras como Luisa Morales, hija del pintor Juan Valdés Leal, o Ana Heylan que destacó en la técnica del aguafuerte. También destacamos el trabajo de traductoras a otras lenguas realizado por mujeres, primero en su entorno familiar y, a partir de finales del siglo XIX, de una manera profesional, como Joaquina García Balmaseda. Muy importante es la labor que las llamadas maestras de la imprenta realizaron en el arte tipográfico. Si bien entre los siglos XVI al XVIII heredaban el oficio de sus maridos, como Manuela Contera -viuda de Joaquín Ibarra-, a partir del siglo XIX con el nacimiento de los primeros movimientos feministas, pudieron fundar sus propios negocios, sobre todo en Estados Unidos y Gran Bretaña. Fue precisamente durante este siglo cuando la presencia de mujeres en un oficio como el periodismo se extendió de una manera al principio tímida y luego muy significativa, como el caso de Concepción Arenal, una de las pioneras del feminismo en España. Ya en el siglo XX tenemos figuras tan relevantes del periodismo como Sofía Casanova, quien publicó crónicas sobre las guerras mundiales, o Josefina Carabias, considerada la primera redactora de información general en la prensa española. Y, para finalizar, queremos dejar constancia de las mujeres lectoras que aparecen en la Colección gracias a las marcas de propiedad que ellas mismas dejaron en los libros que les han pertenecido. Mujeres conocidas, como María de Padilla, o mujeres anónimas que dejaron su identidad plasmada en las primeras hojas de sus libros demuestran el interés por la lectura que las mujeres han demostrado, rompiendo muchas veces los moldes impuestos por su condición femenina.
Con esta exposición pretendemos sacar a la luz a todas estas mujeres, muchas de ellas poco conocidas por la ciudadanía, puesto que se merecen su espacio y su reconocimiento público.
Todas las obras expuestas forman parte del patrimonio bibliográfico conservado en la Biblioteca Regional y se ha realizado en colaboración con el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha.
La región en papel: 40 años de publicaciones periódicas en Castilla-La Mancha
La Biblioteca de Castilla-La Mancha quiere rendir un merecido homenaje a las publicaciones periódicas surgidas en el ámbito de nuestra comunidad autónoma durante los últimos cuarenta años. La muestra expositiva se divide en seis categorías que pretenden representar las diferentes características de estas revistas.
El primer grupo que nos encontramos son las publicaciones de asociaciones y estudios locales, revistas que reflejan la vida cultural de nuestros pueblos y comarcas realizadas gracias al esfuerzo y al amor por la cultura de sus socios, que cuentan con escasos recursos la inmensa mayoría de las veces. Estas publicaciones tienen un enorme valor para la historia de Castilla-La Mancha ya que permiten conservar retazos de la historia, costumbres, personajes o tradiciones de la región que se perderían en el olvido si no fuese por la voluntad de los miembros de estas organizaciones.
El siguiente apartado corresponde a publicaciones que hemos denominado “culturales” en su más amplio sentido. Estas revistas pretenden difundir diferentes ámbitos de la cultura en general centrándose, especialmente, en todo lo relacionado con Castilla-La Mancha. Entre ellas podemos encontrar un suplemento de un periódico, revistas relacionadas con el mundo del libro y las bibliotecas, publicaciones de instituciones que recogen la oferta cultural de una zona o iniciativas privadas.
La categoría siguiente engloba las publicaciones etnológicas surgidas en Castilla-La Mancha a lo largo de estos últimos cuarenta años. Los cuatro títulos que lo conforman pretenden la investigación y difusión de los ritos, costumbres y otras manifestaciones culturales populares de determinadas comarcas o provincias. Recogen una serie de trabajos que en muchos casos han servido de base para posteriores investigaciones. Algunas de estas publicaciones han salido a la luz gracias al esfuerzo personal de individuos interesados en ahondar en las costumbres de su tierra natal.
El recorrido por las publicaciones periódicas castellano-manchegas continúa con las revistas de investigación, un nutrido grupo de títulos que contiene investigaciones del más alto nivel sobre diferentes aspectos de nuestra comunidad autónoma. La Historia es su principal centro de atención pero también incluyen trabajos sobre otros ámbitos como el Medio Ambiente o la Geografía. Muchas de estas publicaciones responden a iniciativas institucionales pero también encontramos proyectos surgidos de grupos editoriales o asociaciones que tienen la investigación entre sus objetivos.
La creación literaria es la temática del siguiente conjunto de publicaciones. Castilla-La Mancha es una tierra pródiga en este sentido ya que en los últimos cuarenta años han surgido decenas de publicaciones que recogen la producción literaria de nuestra región. El hecho de que algunos de estos títulos no hayan podido tener finalmente espacio físico en esta exposición es una buena muestra de la enorme capacidad creativa que existe en la comunidad.
La muestra expositiva concluye con una representación de las publicaciones institucionales, vías de expresión de ayuntamientos, diputaciones o de la propia Junta de Comunidades. El contenido de estas revistas abarca desde aspectos culturales o históricos hasta información sobre el funcionamiento de la propia institución, con el objetivo de legitimar su actuación, informar y divulgar los valores que representa.
100 años con Buero
La Biblioteca de Castilla-La Mancha es depositaria de la biblioteca personal del dramaturgo Antonio Buero Vallejo. Con motivo del centenario de su nacimiento, queremos mostrar parte de los ejemplares que conforman esta colección para fomentar la difusión, estudio e investigación del genial autor y su obra.
El arte de ilustrar: 20 miradas
Con motivo de la celebración del 20 Aniversario de su inauguración la Biblioteca de Castilla-La Mancha ha preparado una exposición bibliográfica con una selección de obras pertenecientes a la Colección Borbón-Lorenzana que gira en torno a la ilustración de los libros impresos.
Editoriales de Castilla-La Mancha. Una historia con futuro
Editoriales en Castilla-La Mancha. Una historia con futuro es el título de una exposición que puede verse en la sala Borbón-Lorenzana de la Biblioteca de Castilla-La Mancha/ Toledo, a partir del 16 de octubre de 2018, fecha en que se conmemoran los veinte años de la instalación de ésta en la última planta del Alcázar toledano.
Supone un repaso a la actividad editorial y cultural de los últimos 70 años en la Región, si bien en sus vitrinas centrales pueden hallarse referencias a los primeros ejemplares impresos en las cinco provincias de Castila-La Mancha, algunos de ellos ediciones incunables.
Las editoriales locales, comarcales, provinciales o regionales, han sido durante este periodo no sólo reflejo sino impulso de la actividad creadora y cultural producida entre nosotros. La creatividad poética o narradora, dramática o artística ha tenido su cauce y su difusión en el trabajo de estas más de 50 empresas editoras que aparecen recogidas en la muestra.
Del mismo modo, las investigaciones de todo tipo sobre nuestra ciencia, nuestro, territorio, nuestra historia, nuestro arte y otras manifestaciones del pensamiento se han visto también recogidas por el trabajo de editoriales, tanto institucionales como privadas, estas últimas muy activas y numerosas, sobre todo en el periodo que se abrió con el nuevo siglo.
Junto con los autores, las bibliotecas, los centros de enseñanza y las librerías, las editoriales suponen un elemento vertebrador de primer orden de nuestra vida cultural, que tiene un pasado, como aquí puede recorrerse, pero también una clara proyección hacia el futuro.
La exposición, producida por la Biblioteca de Castilla-La Mancha, ha sido comisariada por María Hijón y Carmen Toribio, bibliotecarias de la Sala de Castilla-La Mancha, y por Alfonso González-Calero.
Galdós y Toledo
En el año en que se conmemora el Centenario del fallecimiento de Benito Pérez Galdós la Biblioteca de Castilla-La Mancha rinde homenaje al autor con esta exposición virtual.
Las obras seleccionadas para la muestra se centran en la estrecha relación que tuvo Pérez Galdós con Toledo, siendo el marco de algunas de sus obras. Es sabido que novelas como 'El audaz', como la que es la gran novela toledana: 'Ángel Guerra', o como algunos de los Episodios Nacionales de la segunda serie, tienen a Toledo como escenario. Hay que destacar que su primera publicación sobre la ciudad aparece en la 'Revista de España' en 1870, con una serie de artículos que se convertirían en una guía de Toledo y que lleva por título 'Las generaciones artísticas de la ciudad de Toledo'.
No podemos dejar de exponer ejemplares que se corresponden con el resto de su extensa obra y de los que la Colección Borbón-Lorenzana -conservada en la Biblioteca de Castilla-La Mancha- tiene un rico fondo. La mayoría de ellas corresponden a primeras ediciones aparecidas en vida del propio Galdós. A sus 23 años escribiría La fontana de oro, su primera novela, y así un promedio de dos libros por año, hasta un total de 80 títulos antes de que le afectara una pertinaz ceguera. De él dijo Menéndez Pelayo “pocos novelistas de Europa le igualan en lo trascendental de la concepción y ninguno le supera en riqueza inventiva”.
Hemos incluido, además, una selección de obras escritas por intelectuales y personajes importantes de la época con los que mantuvo estrechas relaciones de amistad. Son primeras ediciones de destacados juristas, médicos, actrices y escritores. Entre ellos llama la atención la intensa amistad que estableció en Toledo con artistas de la talla de Casiano Alguacil, Arredondo o Victorio Macho, entre otros.
En su época Galdós suscitaba polémica entre los críticos literarios que se dividían en galdosianos y antigaldosianos. Sus opiniones críticas le granjearon acérrimos enemigos que lo trataban con saña dentro de la propia Real Academia Española, que no apoyó la candidatura de Galdós a la misma. Estos últimos ganaron la partida e influyeron para que no fuera Premio Nobel. El autor de Marianela y Nazarín, con miles de ejemplares vendidos alrededor del mundo, traducidos a varios idiomas y con obras teatrales representadas en el extranjero, se quedaba una y otra vez sin el Nobel. Y esta polémica sigue vigente hoy en día.
Esta exposición virtual se ha llevado a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Toledo que ha prestado destacados documentos conservados en el Archivo Municipal de la ciudad. Gracias a su generosidad y al buen hacer de Mariano García Ruipérez, director del Archivo, podemos disfrutar de algunos de los documentos más interesantes que se refieren a Galdós y su relación con Toledo. Ejemplo de ello es el artículo De las generaciones artísticas de la ciudad de Toledo publicado en marzo 1870 o el Expediente para la conmemoración del Homenaje a Galdós con la representación de la obra Marianela en el Teatro Rojas, que incluye el programa, el cartel, etc.
Completamos la muestra con artículos y noticias de la prensa toledana publicados en esos años donde se hace referencia a nuestro insigne autor.
Con esta exposición virtual pretendemos destacar a uno de los más importantes autores de la historia de la Literatura, dar a conocer el rico patrimonio bibliográfico de nuestra colección y, sobre todo, animar a los y las visitantes de esta exposición virtual a releer alguna de sus obras imprescindibles.
Comisarias:
María Hijon Dávila
Carmen Toribio Aguilera
Comisarios colaboradores:
Mariano García Ruipérez
Enrique Sánchez Lubián
Antonio Sancha. Un alcarreño dedicado a las artes del libro
Este año 2020 se cumplen trescientos años del nacimiento de una de las personalidades más importantes de la historia del libro español. Se trata de Antonio Sancha que, aunque había nacido en Torija (Guadalajara), partido judicial de Brihuega, se trasladó a Madrid donde contribuyó a dar al libro un protagonismo esencial en aquella España del siglo XVIII en la que, además, se dieron unas circunstancias favorables gracias al importante desarrollo cultural y al fomento del arte de la imprenta y el comercio del libro.
Antonio Sancha fue librero, editor, impresor y encuadernador y todos estos trabajos supo realizarlos con gran maestría. En la Biblioteca de Castilla-La Mancha se conservan, por ejemplo, los cinco volúmenes del Parnaso español, que Sancha editó con Joaquín Ibarra como impresor o la Gramática griega impresa por Antonio Pérez de Soto. Aunque donde mejor se puede rastrear su huella es en el gran número de libros salidos de sus prensas que conserva la Colección Borbón-Lorenzana. Sancha fue uno de los mejores impresores de la historia del libro español y eso puede apreciarse en las obras de literatura que con tanto esmero imprimió: es el caso de Las Eróticas de Villegas, La Araucana de Ercilla, la Colección de Obras de Lope de Vega o el resto de volúmenes del Parnaso, por poner algunos ejemplos. También contribuyó a recuperar la historia de España con Las Crónicas de los Reyes de Castilla y fue impresor de las instituciones culturales más prestigiosas del país. Se supo rodear, además, de los mejores ilustradores, tanto pintores como grabadores, que contribuyeron a embellecer unas obras ya de por sí impecables.
La Biblioteca de Castilla-La Mancha también quiere resaltar la imagen del Sancha ilustrado que reunía en su casa a los más insignes eruditos del momento. Acudían a las tertulias que organizaba personalidades de la talla de Juan de Iriarte, Juan López Sedano o Antonio Campmany, entre otros, y Sancha aprovechaba este aprendizaje para llevarlo al terreno editorial.
No podíamos tampoco obviar la figura de Gabriel Sancha que, instruido por su padre, heredó la imprenta y el negocio editorial. Su trabajo no desmereció del de su progenitor y, entre otras obras, imprimió una bella edición del Quijote con notas de Juan Antonio Pellicer. También heredó el taller de encuadernación y en esta exposición hemos querido mostrar algunos ejemplares con decoraciones propias del taller de los Sancha.
En definitiva, con esta exposición pretendemos poner en valor la figura y la obra de Antonio Sancha y rendirle un merecido homenaje cuando se cumplen trescientos años de su nacimiento en aquella tranquila población alcarreña de Torija, a la que cambió por una vida dedicada al libro en la villa y corte.
Tinta, papel y metal. Los primeros 100 años de la imprenta en España
A mediados del siglo XV un nuevo descubrimiento vino a revolucionar la historia de la cultura occidental. Aproximadamente hacia 1456 apareció en Maguncia (Alemania) el texto de una Biblia que no había sido copiado durante años en ningún scriptorium, sino que había salido de un taller de imprenta gracias al empeño y a los conocimientos técnicos de Johannes Gutenberg. La imprenta supuso una innovación tecnológica que permitió la producción de libros en masa y se basaba en la impresión de texto en papel mediante la transferencia de tinta por medio de caracteres móviles de metal.
El invento pasó de Alemania a otros países europeos y precisamente en 2022 se cumplen 550 años de la aparición del primer libro impreso en España. El Sinodal de Aguilafuente vio la luz en la ciudad de Segovia gracias a Juan Párix de Heidelberg por encargo del obispo Juan Arias Dávila. A partir de esa fecha, la imprenta se extendió rápidamente a otras ciudades en las que podría haber un negocio seguro.
En la Biblioteca de Castilla-La Mancha queremos celebrar este acontecimiento con una exposición bibliográfica que hace un recorrido por los primeros cien años de la imprenta en nuestro país con ejemplares conservados en la Colección Borbón-Lorenzana. La muestra quiere poner de relieve las primeras ciudades que tuvieron el privilegio de contar con este revolucionario invento, ciudades que en ese momento eran florecientes y con un rico comercio, y los maestros que estuvieron al frente de estos primeros talleres, maestros que, en los inicios eran mayoritariamente alemanes, originarios del país de Gutenberg, aunque a ellos se unieron impresores locales que también aprendieron el oficio y abrieron sus propias empresas.
La exposición se divide en dos partes: en la primera se pueden contemplar ejemplares salidos de los primeros talleres que se establecieron en España a finales del siglo XV, la época de la imprenta incunable, mientras que la segunda parte presenta una selección de obras impresas en el siglo XVI en las ciudades más prósperas del país.
Se cree que la obra Elegantiolae, de Agostino Dati, se publicó alrededor de 1473 o 1474, por lo que se trataría del primer libro impreso en España que se conserva en la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Fue en Valencia, en el taller de Lambert Palmart, quien algunos autores todavía consideran el impresor del primer incunable español. De él conservamos otros ejemplares aquí expuestos. En Salamanca destacaron dos talleres en los que las obras del humanista sevillano Antonio de Nebrija ocuparon lugar preeminente. De una de ellas, Introductiones latinae en su edición de 1482, se conserva un único ejemplar en el mundo y puede verse en esta exposición. Los primeros años de la imprenta sevillana trajeron la noticia del primer incunable ilustrado español, la obra Fasciculus temporum, mientras que Toledo también fue una de estas ciudades privilegiadas con la presencia de los tipógrafos Juan Vázquez y Pedro Hagenbach, destacando el Misal Mozárabe de Cisneros, que pretendía conservar la liturgia hispano-mozárabe. Otras ciudades de las que se conservan impresos incunables son Burgos, Pamplona y Zaragoza.
En cuanto al siglo XVI, en Sevilla destaca la familia Cromberger con trabajos de gran calidad como La crónica troyana de Juan Cromberger. En Salamanca los impresores dedicaron sus esfuerzos, sobre todo, a sacar material de estudio para su prestigiosa universidad, y en Zaragoza el taller de Jorge Coci es de gran importancia con obras como Las quatorze decadas de Tito Liuio, profusamente ilustrada con espectaculares grabados en madera.
En Burgos continúa su actividad Fadrique Biel de Basilea de quien conservamos la Cronica del famoso cavallero Cid Ruy Diez Campeador. También destaca en esta ciudad Martín de Vitoria, que imprimió el Tractado de las drogas y medicinas de las Indias Orientales, de Cristóbal Acosta, con bellos grabados xilográficos de temática botánica.
En Toledo la actividad impresora declina a causa, especialmente, del traslado de la capitalidad a Madrid. No obstante, trabajan en nuestra ciudad impresores como Juan de Villaquirán, de quien exponemos Utilissima et compendiosa expositio sacri canonis misse, y durante un breve periodo de tiempo Arnao Guillén de Brocar, que mantenía su taller principal en Alcalá de Henares.
Precisamente, en lugar destacado se muestra la Biblia Políglota, impresa en Alcalá de Henares por el mismo Arnao Guillén de Brocar. Es la gran empresa editorial del siglo XVI y fue impulsada por el Cardenal Cisneros, cuyo propósito era sacar a la luz unas sagradas escrituras impresas en varias lenguas. El resultado es una espectacular obra en 6 volúmenes, de los que se muestra el primero de ellos. Acompañando a tan magno trabajo, se encuentra la Biblia regia, que realizó Cristóbal Plantino en Amberes ante la escasez de ejemplares de la Biblia Políglota. Los volúmenes que se conservan en la Biblioteca de Castilla-La Mancha están impresos en vitela y pertenecieron al infante Luis Antonio de Borbón.
Más de 60 ejemplares componen esta exposición, entre incunables e impresos del siglo XVI, todos conservados en la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Con ellos queremos rendir homenaje a los primeros maestros que abrieron talleres de imprenta en nuestro país y que hicieron posible la difusión de las ideas y la alfabetización de clases sociales que hasta entonces no habían tenido acceso al conocimiento. Estos pioneros de la imprenta consiguieron, con tinta, papel y metal, revolucionar la historia de la humanidad.
Donde habitan los libros. 250 años de biblioteca pública
Este año 2023 la Biblioteca de Castilla-La Mancha celebra un doble aniversario como biblioteca pública de Toledo. Hace 250 años la Biblioteca Arzobispal abrió sus puertas gracias a la iniciativa del entonces arzobispo de la sede toledana, Francisco Antonio de Lorenzana, y según mandato de Carlos III, ofreciendo
servicios de biblioteca pública a la ciudad. Los libros de esta importante Biblioteca fueron el punto de inicio de la Colección Borbón-Lorenzana, hilo conductor de los servicios bibliotecarios que a lo largo de estos siglos ha tenido la ciudad de Toledo y que, actualmente, ofrece la Biblioteca de Castilla-La Mancha, que
también celebra el 25º Aniversario de su inauguración en el Alcázar toledano.
El mundo en papel: mapas en la Colección Borbón Lorenzana
En este año 2023 la Biblioteca de Castilla-La Mancha acoge la celebración de dos efemérides de especial relevancia para ella. Por un lado, se cumplen 250 años de la apertura al público de la Biblioteca Arzobispal en Toledo de la mano del que fuera su arzobispo Francisco Antonio de Lorenzana en cumplimiento de una Real Cédula del rey Carlos III. Y por el otro, el 25º aniversario de la inauguración de la Biblioteca de Castilla-La Mancha en su sede del Alcázar toledano.
Esa Biblioteca Arzobispal, abierta por Lorenzana en 1773, acogía entre sus fondos el germen de lo que es en la actualidad la Colección Borbón-Lorenzana, una de las colecciones patrimoniales mas importantes de nuestro país que es custodiada en la Biblioteca de Castilla-La Mancha. A ella se incorporaría posteriormente la biblioteca personal del Infante Luis Maria de Borbón, compuesta por numerosos y valiosos ejemplares que tocaban todas las ramas de las artes y del saber.
La Biblioteca de Castilla-La Mancha, en su afán de difundir, además de conservar, el patrimonio cultural de toda la ciudadanía sacando a la luz algunos de los ejemplares más significativos de su importante colección de fondo antiguo, ha organizado esta exposición en la que traslada el Mundo al papel.
Desde tiempos remotos, una de las principales inquietudes del ser humano ha sido saber cómo es el Mundo en el que habita para poder dominarlo. Y ese conocimiento se lo proporcionaban los documentos cartográficos que, a lo largo de los siglos, han ido representando, desde la visión de las diferentes concepciones históricas, el entorno que les rodeaba.
Esa preocupación no resultó ajena a los poseedores de importantes bibliotecas, que incorporaron a sus colecciones los principales libros con mapas y representaciones cartográficas de cada época. Y ese ha sido el caso de la Colección Borbón Lorenzana, que cuenta con un nutrido número de ejemplares que nos ayudan a conocer el Mundo en diferentes etapas de la Historia.
En esta exposición recorreremos a través de diversos ejemplares de la colección Borbón Lorenzana el Mundo tal y como lo conocieron nuestros antepasados: un Mundo sobre el que planearon sus conquistas y descubrimientos, sobre el que comerciaban y vivían. Viajaremos sobre el papel por territorios ya desaparecidos, continentes que iban surgiendo y fronteras que provocaron guerras.
Empezaremos nuestro viaje por el Mundo que recogen las imágenes de sus territorios en la Antigüedad grecolatina y los primeros mapas científicos. Conoceremos la “ecúmene”, la tierra habitada que Estrabón, uno de los primeros grandes geógrafos de la Historia, plasmó en su obra; y las coordenadas de longitud y latitud que Ptolomeo usó para identificar los lugares del mundo que conocía. Contemplaremos algunos ejemplos de mapas medievales de T en O como el recogido en el Apocalipsis del Beato de Liebana, y avanzaremos en la Historia hasta la era de los descubrimientos donde la cartografía se convirtió en un instrumento indispensable para las expediciones en busca de nuevos mundos.
Muchas de esas conquistas y descubrimientos que se llevaron a cabo en los siglos XVI al XVII no hubieran sido posibles sin Mercator y su representación de la tierra esférica en un mapa plano que revolucionaría la cartografía en esa época; sin el primer atlas moderno propiamente dicho de Ortelius o sin la extraordinaria labor de los cartógrafos flamencos cuyas principales obras podemos contemplar en la exposición.
Junto a ellas encontraremos diversos ejemplos de mapas del siglo XVIII cuya temática, una vez decaído el espíritu explorador de los siglos anteriores, se centra en el conocimiento de los territorios nacionales apoyándose en numerosos instrumentos cartográficos que les proporcionaron mayor exactitud y realismo a las fronteras de los territorios, sentando así las bases de la cartografía científica contemporánea de los próximos siglos.
Terminaremos nuestro viaje a lo largo de la Historia a través de los mapas, con algunos ejemplos de documentos cartográficos que nos muestran la consolidación de la cartografía moderna y su desarrollo actual gracias al uso de nuevas herramientas tecnológicas.