Siglo XV. La imprenta incunable en Toledo
La imprenta llegó a Toledo en 1483 o 1484 de la mano de Juan Vázquez, que comenzó imprimiendo bulas de indulgencia. En 1486 salió de sus talleres el primer libro impreso en Toledo: Confutatorium errorum, de Pedro Ximénez de Prexano. Posteriormente trabajó en nuestra ciudad Antonio Téllez, que imprimió las obras del médico toledano Julián Gutiérrez. Por último, en 1498, se instaló en Toledo el taller de Pedro Hagenbach, quien había trabajado anteriormente en Valencia. Aquí disfrutó del mecenazgo del arzobispo y futuro cardenal Cisneros, para quien imprimió en 1499 el Missale Toletanum, y en 1500 el Missale Mozarabicum que exponemos.