Geografía del siglo XVIII. Tomás López en España
Mientras que en Francia se había realizado el mapa topográfico a finales del siglo XVIII, en España todavía no existía un mapa completo de todo el territorio. Entre los cartógrafos españoles de esta época destaca Tomás López, quien elaboró mapas en gabinete, por recopilación de información a través de cuestionarios que enviaba a obispos, curas y personalidades destacadas a lo largo del país. Realizó más de 200 mapas, siendo un excelente grabador. En 1795 recibió el encargo de crear el Atlas Geográfico de España, que no vio acabado, aunque sus hijos lo publicaron en 1804. Entre sus obras hay que destacar el Itinerario de Don Quijote que aparece en la edición de la obra cervantina preparada por la Real Academia Española de 1780 e impresa por Joaquín Ibarra. Tomás López tuvo imprenta propia donde vendía sus mapas. La obra de Tomás López era la única cartografía existente en España hasta ese momento, aunque en su obra se manifiesta una falta de precisión por el método de trabajo utilizado.
Un destacado cartógrafo del siglo XVIII fue el alemán George Matthäus Seutter, quien fundó su propia imprenta donde produjo gran cantidad de mapas y globos terrestres, la mayoría de ellos copiados de otros cartógrafos. Destaca en ellos el diseño artístico con elaboradas cartelas barrocas y escenas alegóricas de afamados artistas germanos como Martin Gottfried Crophius.
En Francia sobresale como gran cartógrafo Rigobert Bonne, eminente geógrafo, ingeniero y profesor de matemáticas. Nombrado cartógrafo del rey Luis XVI compiló algunos de los mapas más precisos de la época, destacando las regiones costeras, muy apreciadas por su nivel de detalle, como puede apreciarse en su Atlas encyclopédique de 1787. También, el escritor francés Antoine François Prévost, conocido como el abate Prévost, incluyó una colección destacada de mapas en su monumental obra Histoire générale des voyages, una traducción al francés de grandes viajes realizados a lo largo del mundo.