Biblioteca de Castilla-La Mancha

Astronomía (24)

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58. Juan y Santacilia, Jorge

    

Observaciones astronomicas y phisicas: hechas de Orden de S.M. en los reynos del Peru / por D. Jorge Juan y Santacilia ... y D. Antonio de Ulloa.  -- En Madrid: en la imprenta Real de la Gazeta, 1773.

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Jorge Juan y Santacilia (1713-1773) fue un marino y científico español que fue enviado por la Academia de Ciencias francesa a Quito, en el virreinato de Perú, al tiempo que partía otra expedición a Laponia, para dilucidar si la Tierra estaba achatada por los polos o por el Ecuador. Se embarcó junto al también marino Antonio de Ulloa y de la Torre-Guiral y varios académicos franceses. A su llegada hicieron las mediciones pertinentes para terminar confirmando que, efectivamente, la tierra estaba achatada por los polos. La expedición se llevó a cabo entre los años 1735 y 1744 y a su vuelta a Madrid, gracias a Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada, se publicaron en 1748 los resultados de dicha expedición en la obra “Observaciones astronómicas y physicas: hechas de Orden de S.M. en los reynos del Perú”. El ejemplar que exponemos aquí corresponde a la segunda edición de la obra aparecida en 1773, año del fallecimiento de Jorge Juan. Está impreso en Madrid, en la Imprenta Real de la Gazeta, y está ilustrado con algunos grabados en cobre, firmados la mayoría de ellos por Vicente de la Fuente, y un retrato del autor grabado por Manuel Salvador Carmona.

 

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59. Purbachius, Georgius

    

Theoricae novae planetarum / cum commento Francisci Capuani. -- Venecia: Simon Bevilaqua, 1495, 10 agosto.

Exlibris manuscrito de la Casa Profesa de la Compañia de Jesus de Toledo y de la libreria

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Otra obra que llegó a la Biblioteca Arzobispal procedente de la Compañía de Jesús de Toledo fue “Theoricae novae planetarum” del astrónomo y matemático Georgius Purbachius (1423-1461) o Georg von Peuerbach en su nombre alemán. En este texto se afirmaba que el movimiento de los planetas estaba regido por el sol. Fue publicado por primera vez en 1472 y tuvo una amplia difusión hasta bien entrado el siglo XVII. Tal fue su repercusión que influyó en autores como Copernico, Galileo y Kepler. La Biblioteca Arzobispal contaba con dos ediciones de esta obra. Esta, que es una edición incunable impresa en Venecia en 1495, y otra publicada en París en 1557.

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60. García Ventanas, Francisco

    

Tabulae Alphonsinae perpetuae motuum coelestium / denuo restitutae & illustratae à Francisco Garcia Ventanas.  -- Madrid: Imprenta Real, 1641 (1640)

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Las “Tablas Alfonsíes” aparecieron en el siglo XIII a partir de las tablas astronómicas elaboradas por mandato de Alfonso X el Sabio basadas en observaciones hechas en la ciudad de Toledo entre los años 1263 y 1270 que tenían la finalidad de especificar las posiciones de los planetas y otros astros y la distancia entre ellos. La primera edición de este texto vio la luz en Venecia en 1483 y su impresor fue Erhard Ratdolt. Desde ese momento se reeditó en varias ocasiones. En la Biblioteca Arzobispal contaban con la edición de 1641 a cargo del matemático Francisco García de Ventanas que, según
él mismo afirma en el prólogo de la obra, quiso imprimirlas de nuevo y las adornó con algunas curiosidades para que tuvieran alguna novedad.

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61. Clavius, Christophorus

    

Christophori Clavii ... ex societate Iesu, In sphaeram Ioannis de Sacro Bosco commentarius. Nunc quarto ac ipse auctore recognitus et ... locupletatus.  -- Lyon: Hermanos Gabiano, 1594

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El matemático y astrónomo alemán Cristóbal Clavio (1538-1612) es conocido por reformar el calendario. Sus propuestas, como la de que los años bisiestos ocurrieran en los años cuyos dígitos fueran divisibles por cuatro, dieron lugar al Calendario gregoriano, y todavía se siguen aplicando. En Astronomía, sin embargo, sostenía la teoría geocéntrica, que muy poco después rechazaría Galileo Galilei. La obra que aquí presentamos, “In sphaeram”, es un comentario a la obra de Astronomía de Johannes Sacrobosco y es una de las más influyentes de Clavio, ya que se utilizó en las universidades de toda Europa. Se imprimió por primera vez en 1570 y tuvo varias ediciones. Hasta nosotros ha llegado la impresa en Lyon por los hermanos Gabiano en 1594. Tiene grabados xilográficos con figuras geométricas intercalados en el texto y un bello grabado desplegable que representa las constelaciones. La Biblioteca Arzobispal contaba entre sus fondos con varias obras de este autor.

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62. Serrano, Gonzalo Antonio

    

 Astronomía universal theorica, y practica, conforme a la doctrina de antiguos y modernos astrónomos. Tomo primero ... / Gonzalo Antonio Serrano.  -- Córdoba: en la imprenta del autor, a la calle del Cistèr por Pedro Arias de la Vega, y Domingo Acosta, año de 1735.

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El cordobés Gonzalo Antonio Serrano (1670-1761) fue médico, matemático, astrónomo e, incluso, impresor de sus propias obras. Provenía de origen humilde. Tal vez por ello con la obra “Astronomía universal teórica y práctica” pretendió hacer accesible la Astronomía a todos los aficionados a esta ciencia. Este primer tomo incluye diversos tratados: De las eras más ilustres, del calendario, de la esfera celeste y de las direcciones astronómicas. Contiene, además, las “Tablas del primer móvil, comúnmente llamadas de las direcciones astronómicas”. La obra se publicó en Córdoba en 1735 y está dedicada al príncipe de Asturias Fernando de Borbón, que luego sería Fernando VI de España.

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63. Manfredio, Eustaquio

    

Novissimae ephemerides motuum coelestium e cassianis tabulis / Eustachio Manfredio. Tomus I ex anno 1726 in annum 1737.  -- Bonlonia:  Constantino Pisarri, 1725.

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Los bibliotecarios Hernández y Martínez Vega realizaron extraordinarios trabajos de mantenimiento y actualización de la colección de la Biblioteca Arzobispal. En consecuencia, encontramos en el “Índice” un buen número de obras del mismo siglo XVIII, especialmente las dedicadas a las ciencias. Es el caso de “Novissimae ephemerides motuum coelestium e cassianis tabulis” del astrónomo boloñés Eustaquio Manfredi (1664-1739) publicada en la ciudad de nacimiento del autor en 1735. La obra detalla las efemérides astronómicas de los años 1726 hasta 1737 a través de tablas que representan cada uno de los meses del año, donde se señalan las fases de la luna, la posición del Sol con respecto a la Tierra, etc. También incluye una serie de mapas desplegables con los eclipses que tendrán lugar en esos años y la zona de la Tierra afectada.

                Desde la Antigüedad el ser humano ha observado el universo, se ha preguntado sobre su origen y evolución, ha dado nombre a los cuerpos celestes, ha estudiado los fenómenos astronómicos y ha utilizado toda esta sabiduría para precisar qué tiempo era más propicio para la recolección o la caza o cómo situarse en el mar observando los astros. Todos estas teorías, estudios, mediciones y tablas han quedado plasmadas en publicaciones que abundaban en la Biblioteca Arzobispal, clasificadas dentro del apartado 24.

               El Siglo de las Luces se caracterizó en Astronomía por el impacto que habían provocado las teorías sobre la gravitación universal de Newton enunciadas en el último tercio del siglo anterior y se tradujeron en el estudio de la mecánica celeste, el perfeccionamiento del telescopio o la elaboración de catálogos de estrellas, pero para llegar a este grado de conocimiento, otros grandes astrónomos y astrónomas habían sentado las bases de esta fascinante ciencia y sus estudios han llegado hasta nosotros gracias al buen hacer de los bibliotecarios de la Biblioteca Arzobispal.

                Así, las tablas astronómicas que Alfonso X el Sabio preparó en el siglo XIII, la traducción y comentario al Almagesto de Ptolomeo hecha por Georg von Peuerbach en el siglo XV o el también comentario a la obra De sphera de Johannes Sacrobosco realizado por Cristóbal Clavio en el siglo XVI, y otras tantas obras de la materia, sentaron los cimientos para que autores como el marino Jorge Juan y Santacilia, Gonzalo Antonio Serrano o Eustaquio Manfredi siguieran estudiando el universo en el siglo XVIII y transmitiendo su sabiduría.