Astronomía (24)
Desde la Antigüedad el ser humano ha observado el universo, se ha preguntado sobre su origen y evolución, ha dado nombre a los cuerpos celestes, ha estudiado los fenómenos astronómicos y ha utilizado toda esta sabiduría para precisar qué tiempo era más propicio para la recolección o la caza o cómo situarse en el mar observando los astros. Todos estas teorías, estudios, mediciones y tablas han quedado plasmadas en publicaciones que abundaban en la Biblioteca Arzobispal, clasificadas dentro del apartado 24.
El Siglo de las Luces se caracterizó en Astronomía por el impacto que habían provocado las teorías sobre la gravitación universal de Newton enunciadas en el último tercio del siglo anterior y se tradujeron en el estudio de la mecánica celeste, el perfeccionamiento del telescopio o la elaboración de catálogos de estrellas, pero para llegar a este grado de conocimiento, otros grandes astrónomos y astrónomas habían sentado las bases de esta fascinante ciencia y sus estudios han llegado hasta nosotros gracias al buen hacer de los bibliotecarios de la Biblioteca Arzobispal.
Así, las tablas astronómicas que Alfonso X el Sabio preparó en el siglo XIII, la traducción y comentario al Almagesto de Ptolomeo hecha por Georg von Peuerbach en el siglo XV o el también comentario a la obra De sphera de Johannes Sacrobosco realizado por Cristóbal Clavio en el siglo XVI, y otras tantas obras de la materia, sentaron los cimientos para que autores como el marino Jorge Juan y Santacilia, Gonzalo Antonio Serrano o Eustaquio Manfredi siguieran estudiando el universo en el siglo XVIII y transmitiendo su sabiduría.