Matemáticas, Física y Química (21)
La Ilustración supuso una verdadera revolución científica, no solo por los avances y descubrimientos acontecidos en este periodo, sino también por la utilización del método empírico, un nuevo modelo de investigación basado en la observación, la medición y la experimentación con el fin de llegar a conclusiones fiables en cualquier ámbito de la ciencia y del pensamiento. Se generó así un gusto por el saber y el conocimiento que se plasmó en la redacción y publicación de libros que sirvieron de vehículo para la transmisión de estas nuevas ideas.
La Biblioteca Arzobispal no fue ajena a estos avatares y entre sus estantes contaba con un buen número de publicaciones de todos los campos de la ciencia. No sorprende, por ejemplo, la cuantiosa representación de libros especializados en Matemáticas teniendo en cuenta que Francisco de Santiago Palomares, dedicado a las rentas del Arzobispado y profesor de Matemáticas, proveyó de volúmenes de su colección privada a la Biblioteca Arzobispal. El resultado de estas y otras adquisiciones fue, por ejemplo, que en las salas de la Biblioteca se podían consultar a los grandes clásicos como Euclides o Arquímedes junto a autores más modernos como Isaac Newton o Juan Caramuel.
Por otra parte, el campo de la Física está aquí representado por la contribución a la electricidad que en la obra Lecciones de physica experimental realizó el abad Jean Antoine Nollet, mientras que los trabajos de Antoine Baumé nos sirven de ejemplo para ilustrar la evolución de la Química en esta etapa ilustrada.